lunes, 30 de mayo de 2011

Lluvia de cristales!

El telescopio espacial Spitzer de la NASA ha detectado una lluvia de pequeños cristales de color verde de un mineral llamado olivina en una estrella en estado embrionario llamada HOPS-68, situada en la constelación de Orión. Es la primera vez que estos cristales se observan en las polvorientas nubes de gas que colapsan alrededor de estrellas en formación. “Hacen falta temperaturas tan altas como las de la lava para formar estos cristales”, explica Tom Megeath, de la Universidad de Toledo en Ohio (EE UU), coautor del estudio que publica la revista Astrophysical Journal Letters. Megeath y sus colegas sugieren que “los cristales se formaron cerca de la superficie de la estrella en formación” y luego fueron transportados hasta el interior de la nube, donde las temperaturas son más frías, a través de chorros de gas disparados desde la estrella emergente. “Finalmente, cayeron de nuevo como centellas”, añade.

Los cristales se encuentran en forma de forsterita y pertenecen a la familia olivina de minerales de silicato. Están en todas partes, desde una piedra preciosa hasta las playas de arena verde de Hawaii, o incluso en remotas galaxias. Además, las misiones Deep Impact y Stardust de la NASA detectaron estos mismos cristales en cometas.

El descubrimiento podría explicar por qué los cometas, que se forman en las frías fronteras de nuestro sistema solar, contienen el mismo tipo de cristales. Los cometas nacen en regiones donde el agua se congela, mucho más frías que la temperatura necesaria para formar estos cristales. Los científicos sospechan ahora que en el joven sistema solar algunos materiales formados cerca del Sol, como los cristales, pudieron migrar a las regiones exteriores impulsados por chorros de que emergían del astro.

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